Una persona cambia por tres razones: aprendió ,
sufrió demasiado o
se cansó de lo mismo.
Y esto funciona igual si en lugar de la “ o “ ponemos “ una “ y porque habitualmente pasan las tres cosas hasta que nos animamos a dar un viraje de timón.
Esta bueno saber que el miedo es una emoción que tenemos todos. Y tiene su razón de ser evolutiva. Pero como la transitamos depende de quienes somos, de nuestras vivencias previas y el reconocimiento de nuestros recursos de afrontamiento.
La mejor estrategia es reconocerlo, hacerle espacio ( acá vienen nuestras amigas las esencias florales a ayudarnos) y desplazar la atención a los recursos que tengo o los que puedo desarrollar. Entonces lo que nos da miedo puede volverse desafío. Cuesta, pero puedo.
Y eso siempre tiene un rostro más amigable.