Sabían que hay más de un tipo de lágrima? Unas basales, que sirven para hidratar la córnea.
Otras reflejas, que sirven para rechazar cualquier agresor externo. La famosa basurita.
Y, sentada en su trono de misterio, la reina de las lágrimas: la emocional. Esas que salen de los ojos si hemos sido conmovidos. No importa la valoración que hagamos de la emoción. Si es enorme ellas hacen su aparición. Para aclarar la mirada y ver mejor. Para no ahogarnos con lo que pulsa adentro. Para que la alegría se vuelva memorable. Porque una cosa es reír. Y otra muy distinta llorar de risa.
Para llorar de emoción, y llorar bien, hay que dejarse atravesar. Bajar las defensas y reconocernos vulnerables.

A Vervain esto le incomoda. Pero que bien le vendría llorar a moco tendido. Después de todo, ser atravesados por la emoción es una manera más genuina de vivir.