En estos tiempos de neologismos, uno que se destaca con luces de neón es la posverdad. Ya saben que me gustan las definiciones. Y ésta en particular es una maravilla. A saber, posverdad es sinónimo de mentira emotiva. O una distorsión deliberada de una realidad en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales.

RAE, te luciste!

Y también me dejaste un montón de preguntas. Realidad? Hechos objetivos? Es esto posible? No sería mejor formularla como la distorsión deliberada en la que las emociones y creencias personales modelan las percepciones para que se ajusten a las mismas?
Y si, pasando por alto mi descaro de cuestionar nada menos que a la RAE, esto fuera cierto, no es algo que nos viene pasando desde hace bastante tiempo?

Una y otra vez caemos en la tentación de la certidumbre. Y esto nos deja afuera el asombro. Existen pocas posibilidades de ampliación en la mente experta. Desconoce eso de ver todo como si fuera la primera vez.

Porque siempre es la primera vez, ya que todo está en continuo cambio. Y lo que era ya no es lo que era. Ni quién lo mira es quien miraba. Y por más que lo hayan repetido Heráclito, Buda y hasta Borges (por nombrar solo algunos), se ve que no es tan fácil de asimilar.
Porque saber no es lo mismo que hacer. Y hacer no es lo mismo que experienciar.

Somos el vano río prefijado, rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado. Todo nos dijo adiós, todo se aleja.
J.L.Borges

Vamos entrando en el territorio Vervain en puntas de pie. De a poquito porque debemos esperar a ser invitados.

Que tengan un lindo lunes!